Las vías alternativas

Usted queda con un oligarca ruso en un bosque a las afueras de su ciudad. El oligarca tiene un maletín y un revólver. El maletín está repleto de euros, en total diez millones en billetes. En el tambor del revólver hay una única b las otras cinco cámaras están vacías.

Ganas de ruleta rusa? pregunta el oligarca Dispara una vez y el maletín con todo su contenido será tuyo. Se lo piensa. Diez millones tendrían un profundo impacto en su vida: para empezar, y no trabajar nunca más! Por fin podría dedicarse a coleccionar coches deportivos en vez de sellos. Supongamos que acepta el reto, se apoya la boca del revólver en la sien. y dispara. Oye un suave clic y nota como la adrenalina le inunda el cuerpo. No sale disparo alguno. Ha sobrevivido. Se lleva el dinero, se construye una villa señorial en el mejor barrio de Francfort y despierta la envidia de sus vecinos.

Uno de esos vecinos cuya casa ha quedado ensombrecida por su villa es un destacado abogado. Trabaja doce horas al día, trescientos días al año. Su tarifa por hora es considerable, pero nada fuera de lo común: 600 euros. En resumen, puede ahorrar medio millón limpio al año. De vez en cuando se saludan desde sus respectivos jardines y sonríen mientras usted se regocija secretamente. El tendrá que trabajar veinte años más para compararse con usted.

Supongamos que tras esos veinte años el abogado logra eso diez millones. Ahora por fin su villa puede compararse a la de usted. Un asa por allí y hace un reportaje sobre los adinerados vecinos de esa zona, con fotos de las suntuosas residencias y de las jóvenes bellezas que tanto usted como su vecino han adquirido junto con la casa. El comenta el interiorismo y la finura del diseño del jardín. Sin embargo, la diferencia crucial entre ustedes dos permanece oculta: el riesgo que se esconde tras los respectivos diez millones. Ahi deberia reconocer las vías alternativas, y en eso no solo los periodistas son malos, sino todos nosotros

Qué son las vías alternativas? Todo lo que igualmente podría haberse hecho realidad, pero no ha sido así. En la ruleta rusa cuatro ias alternativas podrían haber conducido al mismo resultado (una ganancia de diez millones de euros), y una quinta a la muerte, una diferencia enorme. En el caso del abogado las posibles vías están mucho más cerca. En un pueblo quizá sólo habría ganado 200 euros a la hora. En el corazón de Hamburgo y trabajando para un gran banco, quizas 800. Pero, a diferencia de usted, no ha tenido ninguna vía alternativa que lo hubiera matado

Las vías alternativas no pueden verse por eso pensamos tan poco en ellas. El que gana millones especulando con bonos basura, opciones y seguros de impago de deuda jamás debería olvidar que al mismo tiempo arrastra un manojo de alternativas que a la ruina. millones que surgen de un altísimo riesgo tienen menos valor que diez millo- nes que se han reunido con el esfuerzo de muchos años. No obstante, un contable siempre podrá afirmar que diez millones son diez millones.

En una de nuestras cenas, Nassim Taleb me propuso lanzar una moneda para decidir quién pagaría la cuenta. Le tocó a él. La situación me resulto incomoda, pues él estaba de visita Suiza. Le dije: “La próxima vez pagaré yo, aquí o en Nueva York.» lo sopeso y dijo: “Considerando las vías alternativas, en realidad has pagado la mitad de la cena.

Conclusión: el riesgo no se ve directamente. Por eso, piense siempre en el aspecto que tienen las vías alternativas. Tómese menos en serio el éxito que se logra por vías alternativas arriesgadas que el éxito que ha logrado usted por vías «aburridas (por ejemplo, con una actividad laboriosa como abogado, dentista, instructor de esquí, piloto o asesor de empresas). Como dijo Montaigne: “Mi vida ha estado llena de desgracias de las que la mayoría no se hicieron realidad”.

 

Extracto de “El Arte de Pensar” de Rolf Dobelli

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